D’UN RASTRE COM UN TALL
loop barcelona - convent de sant agustí, 2023
Exhalar palabras que todavía no han sido dichas, imágenes que piden ser recordadas y visiones imprecisas que estallan para ser escuchadas. Remover en los rastros del mundo que todavía quiere ser mundo es un acto de valentía que no es necesario defender de las respuestas conocidas. Las trazas que constituyen el presente complican nuestras experiencias, haciendo hervir un estado olvidado o desconocido. Nos inducen hacia una alteración temporal, una especie de estado azaroso que pone cuerpo a lo que nos es molesto, misterioso, inalcanzable, pero que a la vez nos empapa.
Las obras de esta exposición respiran profundidades insólitas, hostiles y delicadas de nuestra memoria individual y colectiva. Revelan historias cercanas, extrañas, dolorosas, que impregnan los territorios, que los desean, que se encienden, y que separan los espesores y los cuerpos. Esto, al final, ¿qué es? ¿qué es una conversación o un reclamo de vida? Esta dualidad de las obras, que es una misma cosa, se funde con el coraje de dar nombre a lo queridamente escondido. Exuda la noción de evocar recuerdos del pasado mientras se retienen en la violencia del momento presente, tomando forma y sustancia en el espacio que las acoge.
Experimentar la temporalidad de los residuos y la memoria matérica de los cuerpos implica también forzar el acto de aparecer, exponer su presencia. Una presencia a menudo sometida al juicio y conocimiento ajeno. Entre ese murmullo, afloran voces que llaman la pregunta y la contradicción, que emergen entre las sombras a veces en silencio.
Esta exposición quiere explorar el concepto de rastro a través de diversas imágenes y significados, entendiéndolo como un elemento plástico, lingüístico y metafórico que cala, impregna y tiene la capacidad de resurgir como un corte.
Curaduría junto a Marina Ribot Pallicer.
Imagen: Inside the microtubule, Judith Adataberna (2021)
Las obras de esta exposición respiran profundidades insólitas, hostiles y delicadas de nuestra memoria individual y colectiva. Revelan historias cercanas, extrañas, dolorosas, que impregnan los territorios, que los desean, que se encienden, y que separan los espesores y los cuerpos. Esto, al final, ¿qué es? ¿qué es una conversación o un reclamo de vida? Esta dualidad de las obras, que es una misma cosa, se funde con el coraje de dar nombre a lo queridamente escondido. Exuda la noción de evocar recuerdos del pasado mientras se retienen en la violencia del momento presente, tomando forma y sustancia en el espacio que las acoge.
Experimentar la temporalidad de los residuos y la memoria matérica de los cuerpos implica también forzar el acto de aparecer, exponer su presencia. Una presencia a menudo sometida al juicio y conocimiento ajeno. Entre ese murmullo, afloran voces que llaman la pregunta y la contradicción, que emergen entre las sombras a veces en silencio.
Esta exposición quiere explorar el concepto de rastro a través de diversas imágenes y significados, entendiéndolo como un elemento plástico, lingüístico y metafórico que cala, impregna y tiene la capacidad de resurgir como un corte.
Curaduría junto a Marina Ribot Pallicer.
Imagen: Inside the microtubule, Judith Adataberna (2021)