
TO THE WIND
La Casa Elizalde x Loop Festival, 2025
Asimilamos que en toda traducción existe siempre una pérdida: una pérdida de significado, de símbolo o de fonética. El acto de traducir nos invita a escarbar en las profundidades del léxico, pero también en las capas de conocimiento, vivencias e historias que se ocultan en las palabras. La ocultación mediante la alegoría ha sido una estrategia histórica para reivindicar cuerpos y luchas en momentos en el que los derechos y las libertades han sido puestos en entredicho. Y, aunque aceptemos que en toda traducción existe una pérdida, en ella también se da una potencia creativa.
To the wind, de Mar Reykjavik, es un ensayo sobre la traducción y la censura donde el lenguaje aparece como una herramienta de emancipación social y política. La pieza se articula a partir de la conversación entre dos personas, evidenciando una forma coral de crear mundo. Las imágenes devienen testimonio de los consensos compartidos por las dos intérpretes en el momento de intentar traducir al inglés la canción «Al vent» de Raimon –referente de la nova cançó valenciana y un canto a la libertad escrita bajo el yugo opresivo de la dictadura franquista. Los focos, las cámaras y el equipo que captan estas imágenes quedan al descubierto, haciendo evidente la ficción del momento. Mediante el montaje de planos estáticos se nos hace testigo de un intercambio donde la cantinela y los continuos tarareos se convierten en estrategias de contagio que invocan una memoria colectiva.
La traducción de ambas intérpretes propone un espacio de resistencia que permite relatar nuestro pasado reciente a la vez que nos invita a imaginar presentes posibles. El interés recae, no tanto en buscar una traslación objetiva de cada verso, sino más bien en apelar a los repertorios individuales de cada intérprete a la hora de cantar la canción en otro idioma que no es el propio, basándose en experiencias, recuerdos o deseos personales. En este ejercicio vemos como el título es en sí un error; o cómo la palabra «Déu» es traducida como «amor». Precisamente, existe una relación amorosa en la práctica que la artista propone. En sus obras recientes y mediante el término «traducción afectiva», Mar Reykjavik nos invita a prestar atención a las porosidades que tienen las formas de encriptación del lenguaje para hacer resistir la lengua y las historias que la encarnan.
To the wind, de Mar Reykjavik, es un ensayo sobre la traducción y la censura donde el lenguaje aparece como una herramienta de emancipación social y política. La pieza se articula a partir de la conversación entre dos personas, evidenciando una forma coral de crear mundo. Las imágenes devienen testimonio de los consensos compartidos por las dos intérpretes en el momento de intentar traducir al inglés la canción «Al vent» de Raimon –referente de la nova cançó valenciana y un canto a la libertad escrita bajo el yugo opresivo de la dictadura franquista. Los focos, las cámaras y el equipo que captan estas imágenes quedan al descubierto, haciendo evidente la ficción del momento. Mediante el montaje de planos estáticos se nos hace testigo de un intercambio donde la cantinela y los continuos tarareos se convierten en estrategias de contagio que invocan una memoria colectiva.
La traducción de ambas intérpretes propone un espacio de resistencia que permite relatar nuestro pasado reciente a la vez que nos invita a imaginar presentes posibles. El interés recae, no tanto en buscar una traslación objetiva de cada verso, sino más bien en apelar a los repertorios individuales de cada intérprete a la hora de cantar la canción en otro idioma que no es el propio, basándose en experiencias, recuerdos o deseos personales. En este ejercicio vemos como el título es en sí un error; o cómo la palabra «Déu» es traducida como «amor». Precisamente, existe una relación amorosa en la práctica que la artista propone. En sus obras recientes y mediante el término «traducción afectiva», Mar Reykjavik nos invita a prestar atención a las porosidades que tienen las formas de encriptación del lenguaje para hacer resistir la lengua y las historias que la encarnan.