TOTS ELS ORGANISMES


Todo el mundo empezó con un sí. Una molécula dijó sí a otra y nació la vida.
Clarice Lispector (1977): La hora de la estrella


Todos los organismos que nos rodean, todos los órganos que nos conforman, todos los ritmos que nos habitan... Porosas, húmedas y nunca estables. Somos pura metamorfosis, transformación y mezcla. Estamos hechas de la misma carne, de un único aliento. Nuestro cosmos es un espacio de intercambios recíprocos, un contagio sin fin entre elementos que componen un mismo sustrato.

Las piezas de las artistas reposan en estado latente y, despacio, se transforman mimetizando la materia viva. Empiezan a respirar, a ensancharse. El aire atraviesa sus venas; el agua, sus ríos; y la vida topa con las rocas de su esqueleto. Palpitan explorando nuevas formas, buscando posibilidades de ser. Enlazan el sonido de sus voces para encontrar maneras de especular lejos, fuera de nosotros, pero también cerca, acariciando nuestra espalda.

Y, de golpe, nos sentimos. Inmersas en esta extraña sensación de percibirnos como cuerpo, de hacer crecer raíces diminutas en los organismos que nos rodean, de perder la forma y de convertirnos en velo. Empezamos a tapar la materia, interrumpimos el espacio, nos plegamos en el hermetismo de algo encubierta y estallamos. Nos encontramos con la fogosidad de las sedimentaciones, de los objetos generados en colectivo. Y de las bacterias ocultas de nuestro cuerpo; de los caudales insumisos del agua; de las comunidades nacidas del consenso; de los mensajes desafiants para descifrar; de la extrañeza del propio cuerpo; de los depósitos llenos que incuban elementos.

Las piezas de las artistas devienen cuerpos sin límites, hechos de todas las manos que las han acariciado, modelado, palpado. Y la muestra, un organismo lleno de huellas.

 

Proyecto junto a pli-é collective.


Fotografías: coltra